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Climatizar sí, pero … ¿cómo?

Camilo Jené Perea - Arquitecto, expresidente de la FAPA Francisco Giner de los Ríos

“¡Aquí huele a tigre! ¡Abran la ventana!” Nos decían en el cambio de clase. (Ventilación). ¡Esto parece el Polo Norte! ¡Sólo nos faltan los pingüinos! (Calefacción). Ya nos aclaró Luis Salmerón que “Escuela de Calor” no fue una canción de verano, sino una descripción de su lugar de trabajo; “Hacía mucho calor en ese puto local. Santi vino con la letra, nos reímos mucho. Era la manera de expulsar los demonios de nuestro pequeño infierno, en lugar de quejarnos y lloriquear.” (Refrigeración).

El control de la ventilación, la calefacción, la refrigeración y, en ocasiones, el agua caliente sanitara dentro de las estancias cerradas, se desarrolla a través de unas instalaciones fijas llamadas de climatización, cuyo objetivo es el de conseguir atender las demandas de bienestar térmico de las personas. Pero hacerlo sin haber estudiado correctamente la demanda y limitado el consumo energético de las edificaciones previamente, además de dilapidar el dinero, es insostenible para el medio ambiente. Necesitamos que las instalaciones sean eficientes, pero sobre todo que lo sean los propios centros educativos ya que de ello dependerá la elección de los sistemas que utilicemos para paliar el problema.

Actualmente los edificios de nueva construcción que se ejecutan en España deben alcanzar la categoría de consumo “casi nulo”, si bien en abril de este año la Unión Europea ha sacado una directiva en la que acuerda que, a partir del 2028, los edificios públicos de nueva construcción deben ser “cero emisiones”. El Código Técnico de la Edificación y el Reglamento de las Instalaciones Técnicas de los Edificios son normativas estatales que introducen las condiciones que deben cumplir las construcciones y las instalaciones para atender las demandas de bienestar térmico, estas son de carácter básico lo que significa que las Comunidades Autónomas pueden introducir las mejoras que estimen oportunas, siendo actualmente posible, debido a los avances tecnológicos, la ejecución de los edificios “cero emisiones”, no  es necesario esperar  cuatros años pudiéndonos adelantar al plazo dado por Europa.

La definición de tecnología es muy amplia y no debe restringirse a la fabricación de dispositivos, sino al proceso científico. En ocasiones buscamos soluciones que creemos que solo pueden llegar a través de maquinarias cuando las tenemos en la propia naturaleza. Y es ahí donde, entendiendo que no es fácil, deberíamos enfocar los esfuerzos y la investigación; controlando la demanda energética de las edificaciones para conseguir el consumo energético nulo a partir de procesos lo más naturales posibles.

La palabra “climatización” se percibe, en la mayoría de las ocasiones, como un llamamiento a la colocación de “aire acondicionado” cuando no debería ser así. Poco favor nos haría el que la Iniciativa Legislativa que promueve la FAPA “Francisco Giner de los Ríos” junto con otras asociaciones se quedara solo en la instalación de instalaciones térmicas, y mucho menos en solicitar “aires acondicionados” para los centros. La iniciativa va mucho más allá, y parte del respeto al medio ambiente.

Permítanme, a partir de este momento, hablar del Local de la Escuela como aquél donde se desarrolla la parte de la educación que van a recibir los educandos cuando ésta no se puede desarrollar fuera, al aire libre, como diría D. Francisco Giner de los Ríos.

Pues bien, el objetivo al que debemos dirigirnos primordialmente es el de conseguir el bienestar personal y comunitario a través del propio diseño del Local y ello comienza con la planificación urbanística. La reserva del suelo dotacional para estos edificios públicos no puede ser un suelo residual, es necesario que se reserve en un lugar donde se permita ejecutar un edificio bien orientado y con la extensión suficiente para poder crear el “campo escolar” al que se refería Giner, En este sentido, ayudaría si además se sitúa cerca de un parque y de instalaciones deportivas.

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que cada Escuela se sitúa en una zona climática por lo que las soluciones que se adopten en unas no necesariamente son buenas para otras.

Como tercer punto destaco el propio diseño del Local de la Escuela. Desde el punto de vista de la eficiencia energética, es necesario ante todo poner el énfasis en controlar su demanda energética, cuanto más se invierta en este proceso estaremos en el mejor camino para la protección medioambiental. Trabajar su envolvente con los adecuados elementos constructivos sostenibles llevará consigo un menor consumo energético.

Y finalmente, aquellas demandas que no han podido ser controladas deberán acometerse a través de unos equipamientos que, queramos o no, provienen de la transformación de recursos naturales para su fabricación, algo que en ocasiones provoca una desmesurada deforestación o una alteración negativa del entorno. Así pues, el peso que tienen las instalaciones debe ser reducido en favor de potenciar la bajada de la demanda energética de los edificios a través de su diseño, como he aludido anteriormente.

Debemos aprender de todas las posibilidades a nuestro alcance con la finalidad de conseguir el máximo bienestar con la menor afectación medioambiental, no solo para evitar su deterioro, sino con el objetivo de mejorarlo. Por ello, debemos servirnos de ejemplos de arquitectura tradicional como los patios andaluces o las galerías gallegas. La arquitectura árabe nos enseñó el tratamiento de las láminas de agua, la plantación de especies vegetales y la ventilación cruzada que tan buenos resultados tienen, incluso hoy en día, ¡quién no ha disfrutado del microclima que se crea en el patio de los arrayanes de Granada, de la humedad, la ventilación y la aromatización necesaria en un día caluroso de verano!

Los usuarios de un edificio, al igual que saben utilizar una bomba de calor, deberían saber cuándo subir y bajar persianas, colocar toldos, ventiladores o abrir ventanas con el objetivo de conseguir mejorar las temperaturas o las ventilaciones necesarias. A lo que podríamos añadir que no es de recibo que queramos estar en pleno invierno solo con una camisa puesta, menoscabando el dicho noruego de que “no existe el mal tiempo sino la ropa inadecuada”.

Salida al parque inspirada en la metodología “Bosquescuela” en un CEIP ubicado

dentro de la DAT Norte de la Comunidad de Madrid. Curso 2023-2024

Nos encontramos, no solo con la necesidad de ejecutar edificaciones nuevas, sino que la mayoría de los centros deben ser reformados. A ese respecto, la Unión Europea da un plazo hasta 2050 para su adaptación, todos los centros han de ser estudiados individualmente y más cuando nos encontramos con numerosos centros protegidos como Bienes de Interés Cultural, Patrimonial o Bienes Catalogados, en cuyo caso debe ser tratados con el cuidado que les corresponde.

Las reformas revalorizan el edificio, la inversión se recupera, se reducen emisiones de CO2, se contribuye a la mejora del medio ambiente y se mejora (como no podía ser de otra manera) el confort y bienestar térmico. También en las reformas se debe cuidar su entorno eliminando, entre otras cosas, los focos de calor que generan esos patios totalmente pavimentados o aprovechando cubiertas y fachadas para crear zonas verdes.

Las administraciones educativas de las Comunidades Autónomas no pueden echar balones fuera sobre la reforma de los centros educativos dando la responsabilidad al equipo directivo en la ejecución de las obras necesarias para el fomento de la eficiencia energética de centros públicos que ni siquiera son suyos, por más que algunos así lo crean.

Todavía recuerdo al director de un centro educativo que nos enseñaba todo orgulloso cómo había cambiado el comedor de su centro quitando tabiques y acristalándolo todo (¡qué peligrosas son algunas modas y fotografías de revistas!). Eso sí, con la reverberación que existía era imposible hablar con normalidad. Quizá era acertado si su intención era que se comiese rápido para que pasase el siguiente turno, ya que era imposible estar allí cómodamente. En cualquier caso, el dolor de cabeza no te lo quitaba nadie. Es muy español el saber de todo, pero existen técnicos con un título habilitante a los cuales debería ser necesario consultar.

Pero, en este caso, no es una cuestión de quejarnos y lloriquear como decía Luis Salmerón, la manera de expulsar nuestros demonios es reivindicar el derecho que tiene la sociedad y los usuarios a ejercer el derecho fundamental a la educación en espacios públicos adaptados para ello de manera eficiente, sostenible y confortable.

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