Propuestas sobre educación del Partido Popular para las elecciones autonómicas y municipales 2023 28-M: VITALIDAD CONTRA DESÁNIMO Entendía Ortega y Gasset que la educación primaria ha de estar inspirada por un “imperativo de la vitalidad”; es decir, por la necesidad de fomentar en los más pequeños las ganas de aprender y de abrir los ojos al mundo que después serán fundamentales para alcanzar el éxito en las siguientes etapas educativas. Y ese mismo “imperativo de la vitalidad” alienta el programa educativo del Partido Popular para las elecciones del 28 de mayo. La cosecha de las medidas e iniciativas que hemos llevado a cabo desde la Consejería de Educación y Universidades en los últimos cuatro años nos permite ahora redoblar la apuesta de futuro para conquistar nuevas metas. Nuestros principios en materia de educación son perfectamente reconocibles: calidad de la enseñanza, igualdad de oportunidades de los alumnos y libertad de elección educativa. Hemos sido siempre fieles a nuestras convicciones, y, si los madrileños nos renuevan su confianza, seguiremos trabajando en esa misma línea hacia una educación cada vez más avanzada y personalizada. En este tiempo, nos ha tocado recorrer un camino extraordinariamente complicado en el que los padres y madres habéis desempeñado un papel fundamental, con ejemplar entrega y compromiso. La pandemia supuso un reto descomunal y las familias fuisteis un apoyo decisivo para que pudiéramos sacar adelante los dos cursos marcados por el Covid: primero, por vuestra implicación desde casa para la buena marcha de las clases en remoto; después, por vuestra colaboración en los protocolos de seguridad, distancia social y acceso escalonado a los centros cuando se pudo ir retomando la actividad presencial y, por último, porque a lo largo de toda esa larga travesía habéis ido siempre de la mano de los docentes y de toda la comunidad educativa para proteger la educación y el bienestar emocional de los alumnos. Por nuestra parte, desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid nos propusimos desde el primer momento no quedarnos anclados en una posición meramente reactiva frente a una situación durísima, inédita y de duración incierta. Quisimos seguir adelante con nuestro proyecto educativo, por encima de todas las dificultades, y creo, honestamente, que lo hemos conseguido. Hoy podemos decir que afrontamos la próxima legislatura en una situación mucho mejor que la que teníamos en 2019. En este espacio de igualdad, pluralidad y libertad que es hoy el sistema educativo madrileño, las familias ocupáis un lugar central. Merecéis reconocimiento y protección. Por eso hemos recogido en nuestro programa electoral para el 28 de mayo una serie de medidas que refuerzan nuestra apuesta por aliviar la carga económica y los problemas de conciliación derivados de la educación de vuestros hijos. Así, podremos en marcha el programa “Coles abiertos” para días no lectivos del curso, con apertura de los colegios públicos al comienzo del curso escolar y durante los periodos sin clase, antes de Navidad, Semana Santa y puentes. También se habilitarán ayudas específicas para actividades extraescolares: ningún alumno dejará de visitar museos, ir al teatro, participar en excursiones o aprender a tocar un instrumento por falta de recursos económicos. La gratuidad de la etapa 0-3, que ya se ha alcanzado en la red de centros de la Comunidad de Madrid y en los centros con convenio, se extenderá progresivamente a todos los alumnos mediante el incremento de las ayudas destinadas a este fin. También mantendremos las becas de Bachillerato para avanzar en la gratuidad en las etapas no obligatorias. A pesar de que Vox nos ha impedido sacar adelante los presupuestos de 2023, mantenemos nuestra apuesta decidida por la educación pública –a la que dedicamos 3 de cada 4 euros de inversión- y hemos blindado a la vez el futuro de los conciertos educativos -amenazado por la LOMLOE-, mediante la aprobación de la Ley Maestra de Libertad de Elección Educativa de la Comunidad de Madrid. Porque, ¿qué libertad de elegir tendrían las familias madrileñas si existiera un solo tipo de centro sostenido con fondos públicos? Frente a los argumentos recurrentes de la izquierda, en la Comunidad de Madrid hemos demostrado que el apoyo a la enseñanza concertada no tiene por qué ir en detrimento de la pública; de hecho, en nuestra región ha sucedido todo lo contrario: nunca se había invertido tanto como ahora en el sistema educativo público de nuestra región. En estos momentos contamos en la Comunidad de Madrid con la mayor plantilla docente de la historia (61.000 maestros y profesores, gracias a la convocatoria pública de casi 12.000 plazas desde 2019), hemos alcanzado en este curso un récord en becas y ayudas (219 millones de euros para más de 600.000 beneficiarios, 68 millones más que en 2019), hemos invertido 300 millones de euros en infraestructuras educativas (lo que ha supuesto la construcción de 31 nuevos centros públicos y 168 ampliaciones), hemos desplegado un ambicioso plan de digitalización, hemos activado protocolos contra el acoso y las adicciones en los centros educativos y estamos bajando las ratios a un ritmo más intenso que el establecido por el Ministerio de Educación y Formación Profesional. Ya hemos aplicado la bajada de ratio en este curso en el primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil (4 años), y en el curso 23-24 lo haremos en el siguiente curso de Infantil (5 años) y en primero de la ESO. Al mismo tiempo, hemos sabido tomar el pulso a la revolución que está experimentando la Formación Profesional, con la creación de 37.400 nuevas plazas desde 2019. Por mucho que la oposición haya esgrimido contra este Gobierno que faltan 35.000 plazas de FP en la Comunidad de Madrid (¿de dónde lo sacan?), la realidad es tozuda: 7.000 plazas han quedado vacantes en este curso. Hemos avanzado en estos años, pero no nos conformamos. Nunca lo hacemos. Queremos una educación aún de mayor calidad y mucho más personalizada donde cada alumno pueda desarrollar todo su potencial. Cuando desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid hemos clamado contra la LOMLOE y sus desarrollos normativos y nos hemos volcado en contrarrestar sus efectos lo hemos hecho, precisamente, en defensa de la verdadera igualdad de oportunidades educativas. ¿De verdad alguien cree que bajar el listón de la exigencia, vaciar de contenidos los currículos y dar cobertura legal a la promoción automática y los títulos gratis beneficia a los alumnos con menos recursos? Todo lo contrario. Igualar por abajo es perjudicial para todos los alumnos, pero muy especialmente para quienes más necesitan el ascensor social de la educación. Si el sistema educativo sostenido con fondos públicos no proporciona a esos alumnos una formación sólida y de calidad, les arrebataremos de golpe sus oportunidades y expectativas de movilidad social. Habremos fracasado. De modo que, de aquí en adelante, no desistiremos: tenemos la determinación de seguir subsanando con nuestras políticas educativas –hasta donde nos los permite nuestro marco de competencias- los efectos altamente nocivos del actual marco legislativo estatal, mientras continúe vigente. Por supuesto, como prioridad y seña de identidad de nuestras políticas, en la próxima legislatura seguiremos avanzando en el refuerzo de la Educación Especial, mediante la construcción de tres nuevos centros de esta modalidad educativa que sumarán 900 plazas: uno en Madrid capital, otro en la zona Sur y otro en la Oeste. En materia de infraestructuras educativas, nos comprometemos a construir trece nuevos centros educativos públicos, a finalizar los veinte que están en marcha y a ampliar otros diez. Y, al mismo tiempo, imprimiremos un nuevo impulso a la bajada de ratios educativas. El número máximo de alumnos por clase en la Educación Secundaria Obligatoria pasará de 30 a 25 y se implantará en un curso cada año. Al acometer simultáneamente la bajada en la ESO y en Infantil y Primaria, duplicaremos la velocidad del proceso. En defensa de la libertad de elección educativa, los colegios concertados verán incrementado un 15% sus gastos de funcionamiento y los destinados a personal no docente. Y, para elevar el nivel del sistema en su conjunto, pondremos en marcha un Programa de lectura y escritura dirigido a todos los alumnos, con especial atención a los alumnos con dislexia. Simultáneamente, impulsaremos los exámenes orales en todos los cursos de la enseñanza obligatoria, desde primaria. La caligrafía, la ortografía y la sintaxis también serán prioritarias en todos los niveles. Al mismo tiempo, renovamos la confianza en nuestro programa bilingüe, que está ya implantado en más de la mitad de los centros sostenidos con fondos públicos de la Comunidad de Madrid y que está acabando con la brecha social en el aprendizaje de idiomas en nuestra región. A partir de ahora, además, lo complementaremos con nuevas iniciativas para que los alumnos tengan una mayor exposición a la lengua inglesa, más allá de las horas lectivas. Nos tocará, igualmente, seguir trabajando para compensar la falta de incentivos al esfuerzo y la superación personal derivada de las leyes educativas estatales. En la Comunidad de Madrid el fomento de la excelencia seguirá extendiéndose entre los alumnos, con el Bachillerato de Excelencia, el Bachillerato Internacional y con la creación de unos nuevos Premios de Excelencia escolar en primaria. Y también crearemos un Bachillerato de Excelencia de las Artes en los institutos madrileños. No puede ser que las políticas educativas metan a todos los alumnos en el mismo saco: a los que se esfuerzan y a los que no, a los que atienden y respetan al profesor y a los que presumen de desinterés y alteran la convivencia. Si el resultado final del proceso educativo, sea cual sea el expediente, es un título gratis, ¿para qué intentar mejorar, para qué aprender? Maquillar las estadísticas educativas con el aprobado general es una colosal estafa: lo peor llegará después, cuando los alumnos tengan que enfrentarse a la vida adulta y a un mercado laboral cada vez más competitivo sin el bagaje de una buena formación. Lo ha resumido muy bien el filósofo y pedagogo Gregorio Luri: hasta para ser creativo hay que hincar los codos. En el Partido Popular cumplimos lo que queda escrito negro sobre blanco en un programa de gobierno. Ya lo hemos acreditado. Si los madrileños nos vuelven a brindar su apoyo, podremos seguir construyendo junto a toda la comunidad educativa la educación equitativa y de calidad que necesitamos. El 28 de mayo hay dos modelos en liza: el de la vitalidad y el del desánimo. Los ciudadanos tienen la palabra. 409 Puntúe este artículo: 3.0 Etiquetas: comunidad de Madrid democracia Asamblea de Madrid FAPA elecciones autonómicas municipales 2023 propuestas educación