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Editorial de la revista 76. Climatizar nuestras aulas es construir un futuro más justo y sostenible

FAPA Francisco Giner de los Ríos

En los últimos años, la Comunidad de Madrid ha experimentado veranos cada vez más calurosos y prolongados, una clara consecuencia del cambio climático que está afectando de manera preocupante a nuestra región. Estos cambios no solo se reflejan en la temperatura exterior, sino también en las condiciones internas de nuestros centros educativos, donde el calor se convierte en un enemigo silencioso, pero implacable. La climatización y adecuación de estos espacios ya no es un lujo, sino una necesidad imperante.

En los últimos 10 años, la temperatura media anual en Madrid ha experimentado un notable aumento, reflejo de la tendencia global de calentamiento debido al cambio climático. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la temperatura media en Madrid ha subido aproximadamente 1,3°C en la última década.

Además, los veranos en Madrid se han vuelto cada vez más calurosos, con olas de calor más frecuentes e intensas. Por ejemplo, en el verano de 2022, Madrid registró temperaturas que superaron los 40°C durante varios días consecutivos, algo que anteriormente era mucho menos común. Estos episodios no solo se han vuelto más recurrentes, sino también más prolongados, dejando en evidencia la necesidad de una climatización adecuada en los espacios públicos, especialmente en los centros educativos.

Los efectos del calor sobre nuestro cuerpo son devastadores, especialmente en los más pequeños, cuyo organismo es más vulnerable. Estudios científicos demuestran que el calor excesivo puede causar agotamiento, deshidratación, y en casos extremos, golpes de calor. El estrés térmico es una causa directa de mortalidad infantil. Según el informe de UNICEF “Beat the heat: child health amid heatwaves in Europe and Central Asia[1], casi 400 menores mueren al año en Europa y Asia Central por enfermedades relacionadas con las altas temperaturas.

Pero el impacto no es solo físico; el calor afecta también la capacidad de concentración, el rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes. Un entorno educativo sobrecalentado es, en esencia, un entorno que pone en riesgo la salud y el desarrollo integral de nuestros hijos e hijas.

La necesidad de climatizar los centros educativos es urgente, pero debe hacerse de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente. La solución no pasa por un uso indiscriminado de aparatos de aire acondicionado, que, si bien pueden proporcionar alivio temporal, contribuyen al calentamiento global y al aumento del consumo energético. Es imprescindible que las medidas de climatización se basen en principios de sostenibilidad, como el uso de energías renovables, sistemas de aislamiento térmico, y tecnologías de enfriamiento pasivo que aprovechen los recursos naturales.

En Europa, ya existen ejemplos inspiradores de centros educativos diseñados para afrontar tanto el frío como el calor, sin comprometer el confort de sus estudiantes ni el medio ambiente. Países como Alemania y los Países Bajos han implementado en sus escuelas sistemas de climatización geotérmica, ventilación natural cruzada, y tejados verdes que actúan como aislantes térmicos naturales. Estas infraestructuras no solo garantizan un entorno de aprendizaje óptimo durante todo el año, sino que también educan a las nuevas generaciones sobre la importancia de vivir en armonía con nuestro planeta.

La Comunidad de Madrid debe seguir estos ejemplos y adoptar un enfoque integral que no solo garantice la comodidad térmica en las aulas, sino que también promueva la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. El desafío es grande, pero los beneficios son innegables. Climatizar adecuadamente nuestras escuelas no solo protege la salud y el bienestar de nuestros niños, niñas y jóvenes, sino que también prepara a la sociedad para un futuro más resiliente frente a los desafíos climáticos.

En esta misión, todos y todas tenemos un papel que jugar. Las Administraciones deben priorizar y financiar proyectos de climatización sostenible, los profesionales de la construcción y la arquitectura deben diseñar soluciones innovadoras y eficientes, y la sociedad en su conjunto debe exigir espacios educativos dignos y seguros.

Es necesario realizar diferentes actuaciones para poder tener edificios que den respuesta a las necesidades de la comunidad educativa. La incorporación de puntos de agua, como fuentes o espacios singulares de juego y manipulación de agua, aumento de espacios verdes, mejora de la vegetación y creación de zonas de sombra, muros verdes, jardines, árboles, toldos, pérgolas, ...

Una de las últimas actuaciones realizadas por la FAPA sobre la climatización ha sido registrar en la Asamblea de Madrid una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la Climatización y Adecuación de Centros Educativos públicos, junto con la Federación de Asociaciones Vecinales de la Comunidad de Madrid (FRAVM), CCOO y UGT. Queremos aprovechar de nuevo la ocasión para agradecer el trabajo e implicación de todas las asociaciones de madres y padres del alumnado que colaboraron en la recogida de firmas. Tenemos la seguridad que está acción será de gran ayuda para conseguir el objetivo marcado.

Es hora de actuar. La educación de hoy define el mundo de mañana; climatizar nuestras aulas es construir un futuro más justo y sostenible.

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